El hongo que extermina a los anfibios también está en Venezuela

Rosmina Suárez Piña
5 min readApr 12, 2019

Los anfibios del mundo están en la mira de los científicos. Un equipo multinacional de investigadores, entre los cuales participa el científico venezolano Enrique La Marca, publicó en la revista Science el 28 de marzo que la enfermedad infecciosa que ha causado más estragos en la biodiversidad es causada por Batrachochytrium dendrobatidis (Bd), un tipo de hongo quitridio que produce la letal quitridiomicosis.

De acuerdo con el análisis, liderado por la Universidad Nacional de Australia (ANU), en todo el mundo, se cree que 90 especies se han extinguido debido al hongo y al menos otras 424 especies han disminuido sus poblaciones.

El Dr. Ben Scheele, investigador principal de la Escuela Fenner de Medio Ambiente y Sociedad de la ANU, afirmó que, entre otras conclusiones, la quitridiomicosis es la responsable de la mayor pérdida de biodiversidad causada por una infección.

“Probablemente se originó en Asia, donde los anfibios locales parecen tener resistencia a la enfermedad. Hemos perdido algunas especies realmente sorprendentes”, dijo.

Agregó que el número sin precedentes de disminuciones y extinciones causado por Bd es uno de los más significativos entre todas las especies invasoras en el mundo; a su juicio, similar a las ratas y los gatos en términos de la cantidad de especies que cada una de ellas pone en peligro.

¿De dónde viene el hongo?

Los parientes de Bd son hongos inofensivos que suelen ubicarse en el suelo y el agua. Los investigadores advierten que el comercio internacional, en particular el comercio de mascotas, ha propagado el patógeno ampliamente y podría continuar haciéndolo.

Los primeros signos de problemas surgieron de las selvas tropicales de América Central y Australia a fines de los años ochenta. Los coloridos sapos arlequines y otras especies estaban desapareciendo, a pesar de que su hábitat permanecía intacto.

Bd es altamente infeccioso y mortal, destruye la piel de los anfibios y les desencadena ataques cardíacos, problemas sumados a otros relacionados con la pérdida de biodiversidad causadas por la destrucción del hábitat y el cambio climático.

Otros trabajos posteriores han demostrado que el hongo quitridio provino de Asia (como lo comentó Scheele) y se extendió por todo el mundo durante el siglo pasado, muy probablemente a través del comercio de vida silvestre. Parece imposible erradicar la enfermedad porque algunas especies de anfibios la toleran, actúan como un reservorio natural y continúan propagando el patógeno.

“Es realmente difícil eliminar los hongos quitridios de un ecosistema; si se encuentra en un ecosistema, es muy probable que [especies de ranas vulnerables] desaparezcan. Esto es en parte porque algunas especies no son aniquiladas por la enfermedad. Por un lado, es una suerte que algunas especies sean resistentes a los hongos quitridios; pero, por otro lado, significa que estas especies portan el hongo y actúan como un reservorio para él, por lo que hay una fuente constante de hongos en el medio ambiente”, explicó Scheele.

Primer conteo oficial

Los 41 científicos involucrados en el estudio produjeron la primera cuenta de sincronización, distribución y extensión del impacto global de la pandemia de quitridiomicosis en anfibios.

El alcance de las pérdidas no se conocía: Australia y las Américas han sido las más afectadas. Las peores pérdidas se produjeron en la década de 1980, especialmente entre las ranas. Los anfibios más grandes y aquellos con rangos pequeños de distribución parecen haber sufrido más. Además de las supuestas extinciones, las poblaciones de 124 especies se han reducido en un 90 % o más. Solo una cuarta parte de las especies han comenzado a recuperarse y el 39 % sigue disminuyendo.

Sudamérica es la región del planeta que más anfibios alberga con más de un tercio de las casi 8 mil especies conocidas. Las regiones tropicales de América constituyen la zona del mundo con mayor diversidad de esta clase de vertebrados, y a la vez la que más ha sufrido los efectos de la quitridiomicosis.

La región más afectada

En Venezuela, las primeras investigaciones sobre Bd fueron realizadas en la década de los años 90 por el Laboratorio de Biogeografía de la Universidad de los Andes (ULA) y el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC).

“Casi todos los ejemplares que resultaron positivos para el hongo los capturé en los Andes a finales del siglo pasado y constituyeron la base de un artículo científico donde señalábamos por vez primera la presencia del hongo en anfibios venezolanos”, relató Enrique La Marca, biólogo y director del Centro de Conservación Rescate de Especies Venezolanas de Anfibios Amenazados (REVA), ubicado en el estado Mérida.

La Marca — quien también dirigió el Laboratorio de Biogeografía de la ULA — se encargó de proporcionar y actualizar los datos de las especies de anfibios venezolanos afectados por el hongo quitridio.

Para el científico, el impacto de la quitridiomicosis en los Andes ha sido catastrófico. Y hace un recuento de ello.

Mapa publicado en Biotropica en 2004. Muestra los lugares y años de las infecciones conocidas por el hongo Bd.

En 1991, un artículo publicado por La Marca y otros autores en la revista Herpetological Review señalaba por primera vez las disminuciones poblacionales drásticas en un solo género de anfibios (las ranas arlequines del género Atelopus). Fue el segundo trabajo en Latinoamérica en hablar de disminuciones drásticas de varias especies de ranas para una sola región: los Andes de Venezuela (el otro trabajo fue desarrollado en Brasil).

“Otras investigaciones posteriores terminaron por confirmar que una gran cantidad de extinciones provenían de esta región del planeta [Los Andes], considerada como la de mayor diversidad biológica”, prosiguió el investigador.

“El impacto del hongo patógeno en otras especies de ranas lo destacamos junto con otros colegas en un trabajo publicado en la revista científica Nature [en 2006]: de nuevo resaltaron Los Andes como la región más afectada”, añadió.

En esa investigación, los autores asociaron al hongo Bd con el cambio climático global y, en otro trabajo publicado en Science (también en 2006), sugirieron que la contaminación fuera añadida como otra causa “que daría más susceptibilidad a los anfibios de contraer el hongo patógeno”.

Comercio de vida silvestre, el propagador

“Los seres humanos estamos moviendo animales y plantas por todo el mundo, provocando así la presencia de patógenos potencialmente peligrosos en áreas nuevas. La globalización y el comercio de especies silvestres son las principales causas que permiten que se mantenga la propagación de esta pandemia mundial”, continuó Scheele.

Esto quiere decir que Bd, como amenaza, no ha terminado. El hongo podría seguir extendiéndose a los otros lugares aparentemente no infectados.

Sin embargo, una especie hermana de Bd, el Batrachochytrium salamandrivorans (Bs), emergió también de Asia y está matando a las salamandras. Aunque solo una especie en Europa ha sido afectada hasta ahora, los experimentos han demostrado que muchas más son vulnerables si se propaga.

Los investigadores piden una regulación del comercio de vida silvestre y una bioseguridad más estricta en las fronteras.

“Enfermedades de la fauna altamente virulentas, incluida la quitridiomicosis, podrían contribuir a la sexta extinción en masa de la Tierra”, puntualizó Scheele.

Puedes leer el artículo publicado en Science haciendo click aquí

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Rosmina Suárez Piña

Leo, escribo, edito y pego stickers de planetas donde me llamen.